A pesar de las restricciones hídricas presentes en zonas clave del Medio Oeste de EE.UU. que atentan con la producción prevista de soja y maíz en esa nación, los precios futuros de ambos productos en el CME Group (“Chicago”) registraron importantes bajas este viernes.
Semejantes movimientos, que no parecen tener lógica en términos agrícolas, se explican por cuestiones financieras: grandes fondos corporativos están liquidando posiciones en futuros de materias primas (commodities) para proteger el capital ante una eventual desaceleración de la economía global.
En ese marco, lo que suceda con el clima en el Medio Oeste de EE.UU. –o con cualquier otro factor propio de los mercados de commodities energéticos, metalíferos o agroindustriales– pasa a ser irrelevante porque los administradores de fondos corporativos gestionan índices de materias primas a modo de cobertura cambiaria (a diferencia de los fondos agrícolas o “hedge funds” que intentan obtener utilidades a través de la volatilidad presente en cada mercado específico).
Este viernes el presidente de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, dijo a la agencia Reuters que cree probable que la autoridad monetaria de EE.UU. aplique en lo que queda de 2023 dos ajustes alcistas más a la tasa interbancaria de referencia en ese país.
Ese escenario contribuye a promover el fenómeno financiero conocido como “vuelo a la calidad”, es decir, liquidar posiciones en activos más riesgosos para derivar capital hacia títulos del Tesoro de EE.UU. a modo de resguardo.
En lo que respecta a China, la principal “aspiradora” mundial de commodities, viene devaluando progresivamente su moneda con el propósito de mejorar la rentabilidad de los sectores exportadores, algo que, como contrapartida, encarece las importaciones.
El principal indicador bursátil de China, Shanghai Composite, viene mostrando un progresivo debilitamiento en el último año y medio, razón por la cual las autoridades monetarias de la nación asiática –a diferencia de lo que sucede en EE.UU.– están reduciendo las tasas interbancarias de referencia con el propósito de intentar motorizar el consumo interno.
Sin embargo, el grueso de población china quedó muy golpeado luego de la pandemia de Covid-19 y, lejos de volver a la dinámica de consumo presente antes de ese evento, está mostrando una retracción al respecto motivada por el miedo, la incertidumbre y, probablemente, también por la depresión anímica generada por la maquinaria de control total implementada por el Partido Comunista sobre la gente.
En tal contexto, más allá de las variables propias presentes en el mercado de granos, los empresarios agrícolas deberían trabajar con escenario de precios menores a los actuales para cubrirse ante eventuales escenarios desfavorables.
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