Luego de que el juez concursal Fabián Lorenzini dispusiera la intervención de la compañía agroindustrial, el directorio de Vicentin SAIC envió una carta al magistrado para sostener que la actual situación de la concursada no es producto de su gestión, sino de la falta de resolución del concurso luego de cinco años de iniciado el mismo.
“No podemos más que celebrar que, a pesar de venir advirtiéndolo desde hace ya mucho tiempo, finalmente se haya tomado debida consideración del gravísimo perjuicio que la injustificada dilación en la homologación del acuerdo preventivo –que ya lleva cerca de dos años medio– trae aparejada a la empresa, a sus trabajadores y a todas las partes relacionadas a este gran concurso”, señala el escrito firmado por los directores de la empresa Daniel Foschiatti, Carlos Sartor y Fernando Bougain.
Los representantes de Vicentin aseguran que “la falta de liquidez que atraviesa la compañía se origina en las razones que fueron claramente expuestas” en 2024, cuando advirtieron que la extensión del proceso generaría dificultad para continuar renovando los contratos de procesamiento de gramos a fazón.
Los tres directores recordaron al juez que la propuesta concursal aportada por la empresa logró obtener las mayorías necesarias a mediados de 2022 y que la dilación de la homologación de dicho acuerdo es lo que promovió el desfinanciamiento de la compañía.
“Para simplificar un tema que el Juzgado (por Lorenzini) y los sindicatos (aceiteros) parecen no comprender adecuadamente, pero que fue informado por la sindicatura sostenidamente: la sociedad necesita facturar para pagar sus costos fijos. Desde marzo de 2024, sus proyecciones indicaban que la caja sostenía la actividad hasta marzo de 2025, pero la incertidumbre a partir de la aceptación por parte de la Corte del recurso de queja (presentado por el Grupo Grassi), afectaron las finanzas de la sociedad ante la imposibilidad de concretar nuevos negocios”,
“Siendo los salarios y cargas sociales más de 3,5 millones de dólares mensuales, ya desde octubre de 2024 se comenzó a requerir a los clientes de fazón que adelanten los pagos de la facturación quincenal. La reducción a casi la mitad de la facturación de enero y la ausencia total de fazones de soja en febrero de 2025 generaron el pasivo post concursal que no podrá revertirse hasta que ingresen adelantos por la cosecha de soja”, explica la empresa.
La carta además expresa no existe en la Argentina “un mercado de fazones, por lo menos no de la manera que al parecer lo entienden el Tribunal y los sindicatos”, dado que el negocio de aceites y harinas, tanto de soja cómo de girasol, “la regla es la molienda en propia planta”, las cuales, además, tienen una importante capacidad ociosa.
Mientras que la Asociación de Cooperativas Argentina (ACA) y la Unión Agrícola de Avellaneda Coop. (UAA) empezaron a incursionar en el negocio de la molienda recién a partir de la posibilidad que dio la situación de Vicentin, el resto de los clientes –Viterra y Bunge– lo hizo sólo con el propósito de sostener a la empresa a la espera de la homologación de la propuesta de rescate, la cual contempla que esas dos empresas junto a ACA se hagan cargo de la gestión de Vicentin.
“Esta situación significa que, frente a la imposibilidad de alcanzar la homologación firme, ambas (Viterra y Bunge) puedan considerar seriamente retirarse de los fazones de Vicentin, primeramente, porque tienen alternativa donde moler, y luego porque no sería lógico pedirles que mantenga plantas activas para posibles competidores futuros”, resalta la carta.
Los directores de Vicentin se lamentan que, ante la posibilidad de salvar a la empresa con la homologación de la propuesta concursal, “un grupo muy menor de acreedores (en referencia al Grupo Grassi) no lo entendió así, o no lo quiso creer, y parte de la Justicia tampoco, lo que nos conduce a la actual situación”.
También se indica que los principales acreedores, CIMA Investments S.A. y el Grupo Grassi, “arriesgan una excelente operación financiera por la voracidad de querer quedarse con Vicentin sin mostrar jamás un plan serio y sustentable”.
“El directorio de la sociedad sabe adónde va. Se dirige al reconocimiento por la máxima instancia nacional de la legitimidad de la solución final –insistimos, la única sobre la mesa– y, entre tanto, en un clima completamente adverso, al sostenimiento de la actividad con los fazones que estamos negociado con Bunge, Viterra, ACA, la UAA y Molino Cañuelas (MOLCA). No hay otra solución”, señalan.
En tanto, con respecto a la propuesta que presentaría el Grupo Grassi en un eventual cram down, los directores de Vicentin sostienen que “no sabe quiénes serán sus socios estratégicos” y “no tiene ninguna experiencia en el mercado de exportación”.
La entrada Lapidaria carta del directorio de Vicentin para señalar (sin nombrarlo) quién es el culpable de la debacle financiera de la compañía concursada se publicó primero en Bichos de Campo.