Los matarifes insisten en que los aportes del IPCVA los deben hacer solamente los sectores que exportan carne: “Al fin y al cabo, el Instituto solo trabaja para ellos”

La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), desde la editorial de su revista mensual, insistió en que es necesario rediscutir los objetivos de trabajo del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), habida cuenta de que en los últimos veinte años de actividad de ese ente mixto creado por ley “hay un fuerte y visible deterioro en los números del stock ganadero nacional” y crecen carnes sustitutas como el cerdo y el pollo.

“Cuando planteamos nuestra visión y sobre todo nuestro desacuerdo con el rol del IPCVA, la recepción no fue la mejor. Parece que nosotros expresamos algo totalmente fuera de contexto, pero puertas adentro en la acvtividad, todos –en menor o mayor medida- sabemos cuál es la verdad sobre el desempeño de esta entidad”, escribió el presidente de la Camya, Leonardo Rafael, insistiendo en promover este debate dentro de la cadena.

En enero, en el marco de una reunión de la Mesa de las Carnes, el vicepresidente de los matarifes, Sergio Pedace, había intentado iniciar un debate sobre el rol del IPCVA, que ese sector vinculado al consumo interno de carne considera demasiado volcado a favorecer las exportaciones. Aunque el rechazo de ese debate fue unánime en el resto de los actores, luego hubo movimientos entre el propio Instituto y las entidades de la Mesa de Enlace (que alternan cada dos años en la presidencia de ese ente) que dan cuenta que sintieron el golpe.

Esta vez de modo mucho más moderado, el sector de los matarifes reclamó seguir con esta discusión interna sobre el IPCVA. “En los papeles, se trata de un espacio creado con la misión de impulsar la imagen de nuestra carne vacuna, tanto a nivel local como en el mercado externo. Pero en concreto, demostró que es una enorme e ineficiente estructura al momento de balancear costos y resultados, situación que impacta de lleno a quienes llevamos nuestra producción a la mesa de millones de argentinos”, señaló la nota editorial.

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Rafael apuntó que tienen derecho a opinar, dado que “el 14% de los fondos que financian al instituto provienen de nuestra actividad. Solo entre enero y septiembre de 2024, desembolsamos 1.705 millones de pesos por este concepto”. En realidad, según definió la ley de 2002, el IPCVA recibe una suma de dinero por cabeza faenada (70% del productor y 30% del frigorífico). Los matarifes están en medio de esa cadena, pues llevan la hacienda a una planta que les presta servicio y luego se llevan la carne producida.

Rafael dejó claro que lo que más les molesta es que gran parte de la recaudación se destine a la promoción de las exportaciones, cuando representan solo 25 a 30% de la faena y mientras el consumo interno de carne cae en picada. “Para más de un actor de la cadena ganadera, el éxito parece resumirse solo en los números exportadores y una foto tomada en algún vistoso stand –pagado con nuestros aportes- en rutilantes ferias internacionales”, disparó el directivo de los matarifes.

“Cuando planteamos este tema no les agradó nuestra postura y no estuvieron de acuerdo. Esto es parte del juego del diálogo y la disidencia, lo tenemos por demás claro”, agregó más adelante.

Luego de una reunión conjunta, la Mesa de Enlace ratificó el rumbo del IPCVA y pidió énfasis en incentivar la producción y “robustecer el rodeo”

Para proponer: “Aunque sea un tema espinoso y hasta desagradable para más de un integrante de la Mesa de las Carnes, no significa que se deba dejar de lado. El IPCVA no es el culpable de la foto actual que muestra el negocio ganadero, sobre todo en materia productiva. Como cadena no hay que tener miedo de comenzar a plantear con seriedad y sin favoritismos, el rol del instituto. No cabe duda que hoy apunta sus cañones en un 100% a la exportación. ¿Por qué lo debe sostener un productor que destine sus animales al consumo interno, si tampoco lo beneficia?”

“En nuestro negocio siempre estamos atentos a los números y los márgenes rentables. Entonces no quedan dudas: que los costos del IPCVA los paguen los exportadores, porque, al fin y al cabo, el instituto solo trabaja para ellos”, cerró el presidente de Camya.

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