Miguel Taverna, uno de los especialista del INTA Rafaela más reconocidos en materia lechera y quien armó el primer tambo robotizado de la Argentina en esa experimental en 2015, destacó que “actualmente en la Argentina hay más de 400 robots en funcionamiento y se prevé alrededor de 1.000 al final de 2025”. Esta tecnología se puede visitar en el stand de la Secretaría de Agricultura en la Exopagro 2025.
El tambo robotizado es un sistema de ordeñe automatizado que utiliza máquinas para realizar el proceso de forma autónoma y permite que las vacas se ordeñen a su propio ritmo. Según todas las investigaciones, este sistema mejora la eficiencia y la productividad, al mismo tiempo que facilita el monitoreo de la salud de los animales y optimiza las condiciones sanitarias, ambientales y de alimentación.
Taverna trabajó como responsable del programa de Lechería del INTA en el armado del primer tambo junto a la empresa sueca De Laval. “Gran parte de los productores que incorporaron tecnología robótica visitaron e interactuaron con este proyecto”, dijo, conforme con los resultados de aquella iniciativa.
Aquel tambo robotizado del INTA Rafaela está cumpliendo su primera década de funcionamiento. En 10 años, el tambo recibió más de 5.000 visitas de productores, estudiantes, profesionales y público general. “Hoy más del 15% de los tambos de la Argentina disponen parcial o totalmente de algunas de las tecnologías evaluadas de diferentes marcas comerciales”, resaltó el investigador.
A su vez, el referente del INTA explicó que este sistema logra altos indicadores de eficiencia productiva y que, además, el tambo funciona bajo conceptos que contemplan el bienestar de los animales y la sostenibilidad ambiental. “Las vacas se mueven voluntariamente dentro de un sistema de producción que combina pastoreo con encierre en corrales a cielo abierto, donde se suministra la PMR. Este planteo técnico resulta inédito a nivel mundial”, indicó.
El sistema emplea robots de ordeño que interactúan directamente con las vacas, guiadas voluntariamente mediante puertas inteligentes hacia el área de ordeño o zonas específicas del establecimiento. “Las vacas aprenden rápidamente el recorrido porque asocian el ordeño con el confort y el alimento, lo que facilita su tránsito y mejora el bienestar animal”, destacó Taverna.
De acuerdo con el especialista, el sistema de producción permite acceder mensualmente a datos detallados sobre indicadores clave. “Cada mes se publica un informe donde se presentan parámetros productivos, calidad de leche, sanitarios, reproductivos y se describe la dieta consumida por vacas en ordeño. Se complementa con una serie de indicadores ambientales que muestran la eficiencia en el uso del agua y electricidad, la generación de biofertilizantes y su utilización agronómica, entro otros”, puntualizó.
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