María Beatriz “Pilu” Giraudo, le ex vicepresidenta del INTA en todos estos meses en que los libertarios trataron de imponer allí su lógica de motosierra, ahora sería premiada con la presidencia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). De este modo, integrantes de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) terminaren por copar puestos claves en el gobierno de Javier Milei, pues otro ex directivo de la entidad, Nicolás Bronzovich, fue confirmado recientemente como presidente del INTA intervenido.
El ascenso de Pilu (como la conocen todos en el sector) a ese cargo estratégico fue confirmado por un par de fuentes claves, pero aún debe ser oficializado en el Boletín Oficial, lo mismo que la renuncia -por “razones personales”- de Pablo Cortese a la presidencia de Senasa, conocida también este lunes.
En medio de la guerra por la vacuna anti aftosa, renunció Pablo Cortese a la presidencia del Senasa
La ex presidente de Aapresid es ingeniera agrónoma y ya ocupó varios cargos en la función pública desde la presidencia de Mauricio Macri, pero no tiene experiencia concreta en la difícil problemática que debe manejar el Senasa. Por ese se rumorea también con un cambio en el vicepresidente del organismo sanitario, nombrando a alguien con experiencia que debería provenir del ámbito veterinario.
Estos cambios de mando deben ser leídos, además de como un acercamiento clave de Aapresid al gobierno libertario, como un triunfo de Luis Caputo, el ministro de Economía, sobre su par del Gabinete, Federico Sturzenegger. De hecho, Cortese -que tenía una experiencia de treinta años dentro de Senasa- tenía como único respaldo para sostenerse en el cargo al ministro desregulador.
Economía, a través de Juan Pazo, reclamaba tener el puesto de Cortese desde hace varios meses, e incluso impuso a la ex gerenta general de Senasa, María Eugenia Barbieri, quien recientemente migró a Transporte. Pero el renunciante presidente de Senasa logró estirar varios meses su permanencia en el puesto siendo funcional a todas las reformas que le reclamaba Strurzenegger, entre ellas la flexibilización extrema de requisitos para importar medicamentos veterinarios (como la vacuna anti aftosa), fertilizantes y agroquímicos.
Alguien decidió ahora en el poder soltarle la mano. Sucedió después de que el ministro de Desregulación logrará que Milei firmase un decreto desregulador en todos los organismos descentralizados de la Secretaría de Agricultura, como el INTA, el INASE, el INV y el Instituto de Agricultura Familiar. Estas reformas permitirán no solo el avance del ajuste en dichos organismos descentralizados, sino básicamente la subordinación absoluta de estas áreas autárquicas al poder de turno. En este caso, el que emana de Caputo y Juan Pazo, quien controla todo el área a través de su concuñado, el actual secretario de Agricultura Sergio Iraeta.
La ofensiva pendiente sobre Senasa se veía venir. Y una prueba de ello fue que en su discurso en el acto de apertura de la Exposición Rural, el titular de la SRA, Nicolás Pino, reclamó nada menos que frente al presidente Milei una intervención más decidida sobre el organismo sanitario.
“El Senasa es tan importante que hay que reorganizarlo, eliminar la ineptitud, la burocracia obstructiva y la influencia clientelista de origen político y gremial, y dotarlo de un nivel técnico de excelencia. Debe tener un plan a largo plazo que incluya la definición y diferenciación de estatus sanitario y un poder de intervención adecuado. En un país exportador no podemos no tener un Senasa del mejor nivel internacional”, bramó Pino. A partir de esas palabras es que comenzaron a rodar cabezas.
La elección de Giraudo para liderar ese proceso no es casual, aunque poco y nada sabe la funcionaria sobre cuestiones sanitarias. Mostró, de todos modos, una fidelidad a prueba de balas con la gestión de Milei como vicepresidente del INTA desde la asunción del nuevo gobierno, intentando de modo constante poner en marcha una intervención en el INTA que podría implicar el despido de 1.500 empleados y la venta de miles de hectáreas de campos experimentales.
Cuando el ingreso de la motosierra en el INTA se logró finalmente hace 15 días, venciendo la resistencia de la línea interna y los gremios, y también con la complicidad de las entidades rurales, Giraudo quedó desdibujada, porque en el nuevo organismo solo se prevé la existencia de un Presidente dependiente del secretario de Agricultura, cargo para el que fue confirmado Bronzovich. A Pilu, como premio consuelo, le habían adjudicado la primera silla de un cosnejo técnico asesor, pero ese puesto es “ad honorem”. Por lo tanto se había quedado sin salario fijo dentro del Estado.
Ahora deberá prestar servicios dentro del Senasa y ponerse al frente de una dotación de unos 5.500 empleados públicos -muchos de ellos técnicos- cuyas funciones son claves para erradicar enfermedades y plagas, asegurar la inocuidad de alimentos frescos para la población y garantizar el acceso de los productos argentinos a los mercados internacionales.
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