Mientras que en la provincia más austral de la Argentina –que presenta condiciones para implementar grandes proyectos acuícolas– está prohibida la salmomicultura, en Arabia Saudita la producción de mariscos y peces cultivados viene creciendo año tras año gracias, en gran medida, a la harina de soja argentina.
“En los últimos años, se ha producido un drástico aumento de la inversión local e internacional en la industria acuícola de Arabia Saudita”, destaca un informe publicado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA)
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“Un ejemplo notable es la Compañía Saudí de Inversión Agrícola y Ganadera (SALIC), propiedad del Fondo de Inversión Pública Saudí (PIF), que ha aumentado su participación en el Grupo Nacional de Acuicultura (NAQUA), reconocido como una de las operaciones de acuicultura integrada más extensas del mundo”, añadió.
La producción acuícola de Arabia Saudita se compone mayormente de camarón blanco, barramundi, dorada y tilapia. El país musulmán se ha convertido en uno de los mayores productores y exportadores mundiales de camarón blanco con más 40 mercados abastecidos.
En apenas una década la producción acuícola de Arabia Saudita pasó de una producción de unas escasas miles de toneladas anuales a consolidarse como un gran exportador.
“La Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (KAUST) inició el Programa de Desarrollo de la Acuicultura en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Agricultura (MEWA)”, explica el informe.
“KAUST y MEWA se asociaron en junio de 2024 para transformar el panorama acuícola de Arabia Saudita. Esta iniciativa prevé aumentar la producción nacional de 280.000 toneladas en 2024 a 530.000 toneladas anuales para 2030. Uno de los objetivos del programa es ofrecer apoyo oficial a la inversión a inversores interesados en comercializar proyectos acuícolas innovadores directamente del gobierno”, remarca.
En 2024 las importaciones de productos acuícolas de Arabia Saudita sumaron 176.083 toneladas, la mayor parte de las cuales se originaron en Vietnam, Myanmar, Yemen, Omán y Tailandia. Pero las exportaciones vienen creciendo a una tasa muy superior con ventas de 48.964 toneladas el año pasado, con China como principal destino; el 60% del volumen exportado corresponde a camarones cultivados.
La clave es que la producción de peces y mariscos cultivados se sostiene en base a harina de soja importada mayormente de la Argentina, así como de poroto de soja proveniente de Brasil, Argentina y EE.UU.
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