El régimen cambiario especial “dólar soja 4” terminó, en los hechos, siendo una suerte de “subsidio” para la compra de soja sin procesar que ayudó a promover la competitividad de las empresas exportadoras que no tienen operaciones industriales en el territorio argentino.
Hasta el momento se declararon en la Secretaría de Agricultura para el próximo mes de octubre embarques de soja por 772.258 toneladas versus exportaciones de harina de soja por 88.004 toneladas.
A partir del mes de noviembre, sin el efecto distorsionador del “dólar soja 4”, la relación de embarques entre poroto y harina de soja regresa a niveles esperables para la presente época del año.
El cambio de metodología implementado en el “dólar soja 4”, que permite la libre disponibilidad del 25% de las divisas, brindó una mayor competitividad relativa a los exportadores de poroto respecto de los industriales aceiteros.
En ese marco, el volumen de compras de poroto por parte de las empresas exportadoras se potenció, mientras que lo contrario ocurrió con el poder de compra de las industrias aceiteras.
Esta es la última semana del régimen del “dólar soja 4” y el equipo económico de Sergio Massa no tiene planes de implementar ningún incentivo cambiario más para el agro hasta las elecciones presidenciales, lo que implica que las ventas de granos ingresarán nuevamente en estado “vegetativo”.
El sector encargado de “generar” divisas en el marco de un régimen especial durante el mes de octubre sería, según anunció Massa, el petrolero.
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