En las últimas horas, comenzó a circular un borrador del decreto que formalizará la reestructuración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y que confirma lo que ya le informó el Gobierno a la Mesa de Enlace: el organismo perderá su autarquía y pasará a ser una dependencia directa del Gobierno, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Sin embargo, la realidad es que ese decreto sigue sin salir publicado en el Boletín Oficial, pese a que ya hace varios meses que se viene hablando sobre el tema, y mientras tanto lo que continúan apareciendo son los apoyos desde el campo hacia el Instituto.
Este lunes, por caso, fue el turno de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe) que en un comunicado planteó su “profunda preocupación ante los intentos de recentralización o debilitamiento institucional del INTA”.
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UN APOYO AL INTA DESDE SANTA FE
En primer término, la entidad reivindicó el valor estratégico del INTA y defendió su continuidad bajo el espíritu plasmado en su decreto fundacional de 1956.
“El INTA ha sido, y sigue siendo, una pieza fundamental en la construcción del agro argentino, uno de los más eficientes y competitivos del mundo. Sus aportes en innovación tecnológica, extensión rural y desarrollo territorial han sentado las bases de nuestra producción agrícola y ganadera moderna”, defendió Carsfe.
Además, resaltó que el conocimiento generado por el Instituto sustenta gran parte de los planes de estudio en las carreras de ingeniería agronómica y medicina veterinaria, formando a los profesionales que impulsan el sistema productivo nacional.
“Ese espíritu fundacional le otorgó al INTA una naturaleza autárquica y federal, basada en la autonomía técnica, la descentralización y la participación activa del sector productivo. Estos principios han sido la clave de su éxito: decisiones basadas en evidencia, presencia territorial efectiva y trabajo codo a codo con los productores”, enfatizó.
Asimismo, al hacer referencia a la importancia de la autonomía del organismo, recordó que su modelo participativo, con representación de productores, universidades y referentes técnicos en los consejos regionales, garantiza que las políticas y tecnologías desarrolladas respondan a la realidad de cada territorio.
“Y su presencia concreta en el interior productivo –a través de estaciones experimentales y agencias de extensión– lo convierte en una institución irreemplazable para el desarrollo local”, reforzó.
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EL PROTAGONISMO DEL INTA
Por otro lado, Carsfe también repasó que el INTA ha sido protagonista en áreas como mejoramiento genético, sanidad animal, buenas prácticas agrícolas, manejo de recursos naturales, forestación, bioenergía y tecnologías digitales aplicadas al agro.
“Es un verdadero puente entre la ciencia y el productor”, resumió.
Y si bien reconoció que existen aspectos que requieren modernización, como la burocracia interna, los controles administrativos y la actualización de líneas técnicas, para Carsfe “estas mejoras deben encararse con seriedad y participación, sin desmantelar su estructura ni vulnerar sus principios fundacionales”.
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Por ello, desde la entidad hicieron un llamado a las autoridades nacionales a preservar y fortalecer al INTA, “una institución que ha sido pilar del desarrollo agropecuario y de la ciencia aplicada al territorio”, enfatizaron.
“El INTA no debe ser reducido. Debe ser modernizado, con transparencia, control y visión de largo plazo. Porque el INTA es parte de la solución. Es una herramienta clave para volver a hacer grande a la Argentina”, cerró el ruralismo santafesino.