El norte de Buenos Aires enciende las alertas: las lluvias pasan de largo y ya se ven daños en cultivos

maiz seco ariel bianchi

En su cuenta de la red social X, Ariel Bianchi se define como un ingeniero agrónomo apasionado por el agro. Bajo esa percepción, no sorprende el lamento que ha manifestado en los últimos días, en relación a la falta de agua que azota a una zona clave para la producción agrícola: el norte de la provincia de Buenos Aires.

Bianchi tiene base en Conesa, en el partido de San Nicolás, y el pasado 27 de diciembre publicó una imagen de lotes de maíz temprano visiblemente afectados por la ausencia de lluvias en las últimas semanas.

“No para todos es Niña atenuada, explíquenle a este maíz. El Partido de San Nicolás, otra campaña que la pasamos crocante. Ah, pero el Estado está presente para encerrarte más”, sentenció Bianchi en un posteo.

Y en las últimas horas, volvió a manifestar su tristeza por esta situación, al hacer referencia a que volvió a “fallar” otra tormenta que se había pronosticado para la región.

EL NORTE DE BUENOS AIRES, EN SITUACIÓN CRÍTICA

El informe semanal de cultivos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), para la zona núcleo, lo ratifica: según el reporte, el 2024 cerró con un 26% más de lluvias, pero el norte bonaerense enfrenta reservas hídricas críticas.

Tras un 2023 que había tenido entre 700 y 900 milímetros de precipitaciones, en el 2024 la cifra llegó a entre 700 y 1.200 milímetros, de acuerdo con la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la entidad rosarina.

“Sin embargo, diciembre 2024 terminó con lluvias por debajo de la media y las reservas de agua del suelo van de escasas a sequía en el 50% de la región. El área más afectada es el NE bonaerense”, precisó.

Las lluvias del otoño (influenciadas por el fenómeno “Niño” que tuvo lugar durante el verano 2023/24) sumadas a la recomposición de lluvias durante la primavera de este año, fueron los factores que aportaron más agua al 2024.

lluvias bcr

Sin embargo, diciembre rompió la racha y el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires terminaron con unos escasos 35 milímetros, muy lejos de los 110 considerados valor medio histórico para la zona. Solo el sudeste de Córdoba fue beneficiado con las últimas lluvias de fin de año.

“De esta manera, las reservas de agua de los suelos al primer metro de profundidad (considerando el consumo de una pradera permanente) actualmente van de escasas a sequía en la mitad de la región núcleo, y si se suma el área con contenido de agua regular,  el guarismo asciende al 80%, siendo el noreste bonaerense el sector más seco”, aseguró la GEA.

reservas agua bcr

EL MAÍZ TEMPRANO, EL MÁS AFECTADO

Para ratificar este panorama, el reporte cita que asesores de Baradero, Rojas y Colón coinciden en que este sector no está teniendo un buen inicio de año debido a la persistente ausencia de lluvias.

El cultivo más afectado es el maíz temprano, una elección casi obligada este año debido al riesgo de la chicharrita.

“Los maíces sembrados son casi todos de fechas tempranas de octubre y septiembre; no hay maíces de primera tardíos y apenas un 10% de maíces de segunda”, comentan los asesores locales.

Aunque los primeros estadios del ciclo contaron con buena provisión hídrica, la falta de lluvias en diciembre deterioró los cuadros: “Están en su periodo crítico y lo transitarán casi sin lluvias”.

Los asesores explican que el cultivo generó mucha materia verde al inicio, pero al cortarse las lluvias comenzaron a secarse las hojas basales, se produjo mortandad de macollos y hoy presentan una coloración más pálida.

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Aunque aún no se reportan daños críticos, los rindes ya están comprometidos: “El impacto final dependerá de las lluvias; podría variar entre un 10% y un 30%, según el lote”.

Hacia el oeste bonaerense, en zonas como Alberdi y Junín, la situación mejora, pero en el este se ve complicado alcanzar la media zonal de 100 quintales por hectárea.

En cuanto a la soja, también enfrenta dificultades: “Tuvo un arranque raro”, dicen los asesores, atribuyendo su aspecto avejentado y entrenudos cortos a las bajas temperaturas de noviembre y diciembre o al carry-over de herbicidas.

Si bien no está en periodo crítico, necesita lluvias urgentes. Además, entre un 10% y un 15% de los lotes siguen sin sembrarse por falta de agua, y otro 10% fue implantado a la espera de lluvias de fin de año, que nunca llegaron.

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La mala noticia es que los pronósticos de mediano plazo no prevén precipitaciones de consideración para la primera quincena del año.

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