“Vaca con sombra, vaca feliz”, dice entre risas Juan Baral, uno de los socios de la firma Baral Hermanos, que desde hace 15 años se especializa en ofrecer soluciones para garantizar refugios de sombra en los tambos. Con el corazón puesto en la metalurgia desde 22 años, la familia apostó con los años a resolver una problemática que afecta gravemente a la producción láctea. Parece mentira, pero no todos los establecimientos disponen de sombra.
La vaca del futuro ya no se concibe expuesta todo el día a las inclemencias del clima y las olas de calor. “El animal sufre mucho el sol, porque ya no hay más árboles en los campos. Está demostrado que baja la producción cuando no hay sombra. Por eso la gente está poniendo media sombra”, señaló Baral en conversación con Bichos de Campo.
Las estructuras más tradicionales suelen ser de tela, y pueden tapar entre 15 y 20 animales dependiendo de su tamaño. Sin embargo, su duración no suele alcanzar los diez años, al estar expuestas también esas telas a las inclemencias del clima. Es por eso que los hermanos decidieron avanzar ahora en el armado de sombras de chapa que, aseguran, duran prácticamente toda la vida.
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