Desde que se habilitó la importación de maquinaria agrícola usada, motorizada por sus precios más bajos, los industriales argentinos de ese sector insisten en que la cancha está inclinada y, más que pedir por el cierre de puertas, reclaman que las condiciones sean parejas.
“Ha quedado planteada una importación muy laxa que claramente es una competencia desleal”, expresó, sin rodeos, el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Enrique Bertini.
Heredero de una tradición familiar y dueño de su propia marca de sembradoras, Bertini evita hablar de “proteccionismo” y prefiere referirse a la necesidad de una “política industrial” para describir la propuesta que tiene su sector, que es la de sentarse junto a las autoridades y fomentar lo propio más que promover lo ajeno.
“Día a día demostramos que somos distintos, que estamos junto al productor agropecuario y que damos servicio. De hecho, la industria nacional creció de esa forma”, aseguró el referente fabril.
Precisamente, desde el sector ya son varias las voces que apuntan en la misma dirección y buscan hacer frente al ingreso de maquinaria usada remarcando el valor que tiene el desarrollo local. No sólo a nivel productivo -que nos ha convertido, por ejemplo, en líderes en siembra directa-, sino también a nivel social. Cafma representa un entramado de más de un millar de fábricas y talleres desplegados sobre todo en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Frente a la importación de maquinaria usada, “el industrial quizás pierda volumen de venta, pero los que más sufren son los puestos laborales”, advirtió Bertini.
Pero también ese discurso hace agua cuando se lleva la discusión a los precios, justamente mientras el productor atraviesa una difícil situación por la pérdida de rentabilidad en sucesivas campañas. En ese sentido asegura el presidente de Cafma que es desleal la competencia, ya que esa maquinaria importada, dice, son “productos a valor de chatarra amortizados en otros países”.
Mirá la entrevista completa con Enrique Bertini:
La razón de fondo está en el sistema financiero. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, es muy común la compra por “leasing”, un mecanismo mediante el cual una entidad adquiere un bien y luego se lo da en cuotas al usuario, que incluso puede optar por comprarlo definitivamente o cambiarlo por otro al terminar el contrato.
“Con ese sistema, al quinto año la máquina ya está con un valor residual”, observó Bertini.
Asimismo, el referente también señaló que la medida efectivizada a fines de abril, mediante la eliminación del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), en realidad estuvo supeditada a una necesidad muy concreta del Palacio de Hacienda.
“Sturzenegger mismo dijo que Estados Unidos le había pedido que ingresen maquinaria agrícola usada para que ellos den la aprobación para el crédito del Fondo Monetario”, sostuvo, y recordó que también por eso la competencia es desleal.
Si les preguntan qué es lo que necesitan para equilibrar la cancha, los industriales insisten en dos aspectos. Por un lado, una reforma tributaria y laboral, sobre la cual ya se sabe que el Gobierno viene trabajando, pero sin dialogar con el sector. “Sería bueno que nos convoquen”, señaló el referente.
Y eso conecta con su segundo pedido, que es el de mayor visibilidad y que se declare a la industria nacional como eje del desarrollo argentino, para evitar que cada gobierno de turno haga y deshaga a su parecer.
Algo de eso ya se ha visto en el caso brasilero, con un sistema financiero robusto y mucha promoción al sector. “En 25 años tomaron el 85% del mercado nacional de tractores y el 98% del mercado de cosechadoras. No es poca cosa”, observó Bertini, que no ve por el momento posibilidades de que los funcionarios atiendan sus reclamos.
“De hecho, hemos visto a este gobierno hablar mal de la industria nacional, y no hay mucho que agregar a eso”, lamentó.
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