Mientras que el gobierno argentino viene realizando grandes esfuerzos para boicotear a la industria elaboradora de biodiésel, lo contrario ocurre en el vecino país de Brasil.
Este año el gobierno brasileño aprobó aumentar a un 12% el corte obligatorio de biodiésel con gasoil, cifra que se elevará al 13% en abril de 2024, al 14% en abril de 2025 y al 15% en abril de 2026.
Sin embargo, el ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Fávaro, defendió la posibilidad de que el corte llegue al 20% a nivel nacional.
“Ya no se puede hablar de la descontaminación del mundo y de la captura de carbono y, por otro lado, consumir combustible fósil. Es inconcebible tener que consumir diesel S500, que es altamente contaminante, muy cargado de azufre, en un momento en que el mundo habla de descarbonización del planeta”, dijo el ministro este jueves durante el evento IV Biodiesel Week organizado por la Unión Brasileña de Biodiesel y Bioqueroseno (Ubrabio).
Fávaro señaló que el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva valora a los biocombustibles y, por eso, entiende que la continuidad del Programa Nacional de Biocombustibles volvió a dar seguridad jurídica al sector.
“Con la reanudación de este programa, con previsibilidad, uno puede mirar hacia adelante. Nadie invierte miles de millones de reales, como se invirtieron, para ver vulnerabilidades; regresar a lo que ya habían logrado fue un absurdo gigante”, dijo en referencia al congelamiento del corte del biodiésel instrumentado durante la gestión de Jair Bolsonaro.
Como el biodiésel en Brasil se elabora mayormente en base a aceite de soja, la promoción del mismo contribuye a consolidar la sostenibilidad del sector agroindustrial brasileño, además de mejorar eventualmente el precio FOB del aceite de soja al retirar oferta exportable del mercado.
La situación brasileña contrasta con la presente en la Argentina, donde la legislación vigente (Nº 27.640) contempla apenas un corte obligatorio de biodiésel con gasoil de apenas el 5,0% que puede ser reducido hasta el 3,0% si el gobierno lo considera propicio.
En la Argentina las fábricas de biodiésel, además de enfrentar escasez de mercadería por el fracaso de la cosecha de soja 2022/23, tienen que lidiar con costos extremadamente volátiles a partir de las sucesivas ediciones del “dólar soja”.
En ese marco, se proyecta que la elaboración de biodiésel no lograría este año superar el millón de toneladas, la cifra más baja desde 2008, lo que representa un retroceso monumental.
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