Mientras avanza la cosecha de maíz, asoman más híbridos para la próxima siembra

LG MAIZ

La campaña de maíz 2024/25 comenzó con el antecedente por demás pesado de la chicharrita, que causó estragos en el ciclo anterior.

Y si bien el impacto de esta plaga estuvo lejos de los números del año anterior, lo que no ayudó del todo fue el clima, lo que hizo que las proyecciones de cosecha se alejaran en comparación a las estimaciones iniciales. 

En este escenario complejo, los semilleros ya pusieron los faros largos y comenzaron a presentar en sociedad sus nuevos materiales para el próximo ciclo del cereal.

Es el caso de la firma Limagrain (LG), con el lanzamiento de su nuevo híbrido LG 30646 con tecnología Víptera 3.

LG 30646

UN NUEVO HÍBRIDO DE MAÍZ

Héctor Chávez, responsable de Desarrollo de Limagrain en Argentina, destacó que se trata de un híbrido enfocado en la región templada del país, tanto para siembras tempranas como tardías. 

“Tiene muy buen comportamiento sanitario, especialmente en enfermedades como green snap, y alto potencial de rinde, con una característica de granos profundos y mucha estabilidad de rendimiento”, resumió.

El material estará disponible comercialmente en esta campaña y un dato a tener en cuenta es que cuenta con información de más de tres años de ensayos a campo.

Hemos generado mucha información en distintas condiciones; años Niño, Niña y en diferentes ambientes, tanto de alto como bajo potencial”, sostuvo. 

En este camino, el híbrido experimentó las condiciones más duras, incluida la tan temida Dalbulus maidis. 

En ese período, Chavéz señaló que las siembras tardías sintieron el impacto de la plaga, pero los datos finales fueron por demás favorables para el nuevo material. 

 

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EL MAÍZ EN ZONA NÚCLEO

En el marco de una campaña por demás compleja para el maíz en la región Núcleo, Chávez explicó que a partir de la elevada incidencia de chicharrita del año pasado, los productores intentaron esquivar la plaga con la siembra temprana.

Esto generó dos mosaicos bien diferenciados, con implantaciones tempranas en septiembre y algunas en octubre, y luego las tradicionales tardías, sobre el mes de diciembre.

Al analizar cómo evolucionaron estas dos fechas de siembra temprana, consideró que septiembre fue la que mostró un mejor desempeño.

“El periodo crítico de las siembras de octubre cayó en pleno estrés, cuando el agua se cortó a fin de año y además las temperaturas fueron muy elevadas”, argumentó.

Es posible que estas diferencias se trasladen al momento de la cosecha. Tendremos maíces temprano de buen rendimiento, más semejante a un año normal, mientras que los de octubre sufrirán estrés en el llenado de granos, por lo cual el peso de los granos será más liviano y el rendimiento sería menor”, remarcó. 

En la región, si bien las siembras suelen dividirse 50-50 entre tempranas y tardías, Chavez calculó que hubo un incremento en el caso de las anticipadas.

“Igual, se hizo mucho monitoreo de Dalbulus durante las primeras etapas del cultivo, así en diciembre con buenas condiciones de lluvias hubo un pequeño incremento del área de tardía”, agregó.

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