Debe ser Sancor la empresa argentina que tiene más versiones sobre su realidad, ya que todo el tiempo se inventan tramas de ventas, inversiones, finales inminentes, pero cuesta creerlas cuando la realidad siempre marca otros destinos.
Esto pasó una vez más este lunes, con la publicación de una supuesta inminente cesión de la fase comercial de la cooperativa láctea a la empresa Elcor SA, la elaboradora de la marca Tonadita, distinguida por su producto estrella, la manteca.
Lo concreto es que lo que sucede en realidad es que se reflota un acuerdo de producción a fasón, que tuvo en otras oportunidades activación, para la producción de manteca con marca Tonadita, en la planta de Devoto que tiene Sancor Cooperativas Unidas Limitada.
Se agrega en esta oportunidad una posibilidad de disponer en puntos de venta a los que hoy no llega Sancor, de manteca y crema de leche, ocasionalmente, pero sólo en destinos que hoy no están en el cronograma de distribución vigente, aprovechando la logística de Elcor SA.
No existe hoy la posibilidad de ceder el esquema comercial completo, porque la Cooperativa no puede perder los ingresos que eso le representa de manera directa. La láctea está atravesando un concurso de acreedores y este viernes concluirá la fase de verificación de créditos, para luego pasar a las impugnaciones hasta el 1° de julio. En este contexto, le permite tener un flujo de fondos que agilice el pago de salarios, que tienen demoras importantes desde el comienzo del año.
En este marco, es dable decir que cualquier versión o cifra que se siga reiterando sobre la deuda real de Sancor, no podrá ser confirmada sino hasta después de la última fecha mencionada, ya que a partir de ese momento se podrá evaluar qué es lo que se demanda por pagar, qué es lo comprobable y luego deberá el juez Guillermo Vales, como titular del Juzgado en lo Civil y Comercial de Cuarta Nominación de Rafaela, establecer los plazos de pago, según lo describe la Ley de Concursos.
Los trabajadores serán acreedores privilegiados, tanto los que siguen activos, como los cesanteados o jubilados. Son ellos mismos los que ven en esta acción de contar con un contrato de producción para un tercero, la posibilidad de tener pagos semanales de mayor importancia, para no seguir demorando tanto la cancelación de los salarios mensuales, que actualmente consiguen cuotas que rondan los cien mil pesos.
Ha habido en las últimas semanas algunas versiones, siempre erradas, de venta de la empresa, de plantas, pero que no pueden concretarse de manera directa, ya que al tratarse de una cooperativa se requieren procesos de aprobación diferentes a los de una sociedad tradicional.
Hay que agregarle a todo esto, que Sancor a diferencia de otras empresas complicadas tiene un problema interno, en la intervención constante de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) en su gestión, que dificulta la llegada de nuevos fondos, nuevas inversiones, que permitan reconducir la realidad de la misma.
Con la demanda de leche spot, a medida que se necesita y con plazos de pago más cortos para los productores tamberos, la mayoría ajenos al esquema cooperativo, es que sigue funcionando la empresa que sobrevivió a un bloqueo de más de diez meses, con el arrastre de años de administraciones muy complicadas; y que en el momento que pudo reordenarse, volvió a sucumbir a las presiones gremiales que la ponen al borde del abismo.
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