Nos fuimos al descenso: Policías armados patrullan los pasillos de una fábrica láctea para evitar que delegados sindicales intimen a trabajadores que quieren trabajar

En un proceso lento pero que se va desarmando lentamente, los bloqueos de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) realizados a SanCor Cooperativas Unidas Limitada con formato de asambleas en horarios de trabajo, esta semana tuvieron un condimento diferente. Incluso con policías circulando por los pasillos de la sede central de la cooperativa en Sunchales.

Lo que comenzó aquel 17 de octubre, cuando todavía había expectativa de un Sergio Massa presidente que facilitara fondos para la conformación de un fideicomiso con dineros públicos, tiene extensión hasta hoy, pero con matices morigerados. Los mismos interesados, con la misma tracción gremial, van perdiendo capilaridad en la paralización de la cooperativa.

Hace ya varias semanas que ,al haberse discontinuado el insólito soborno pagado por el Sindicato a quienes paraban, con dinero de origen incierto que se abonaba en efectivo y en mano; y frente al pago de salarios que ya lograron alcanzar los objetivos paritarios y de aguinaldos, son ínfimos los casos de trabajadores que están enceguecidos con las versiones de Atilra y aceptan de motu propio adherir a la protesta.

Se puede decir que ni con la recorrida de plantas que hizo un grupo de delegados entre amenazas personales y advertencias de toma de los predios, no se pudo revertir la voluntad de la gente que quiere trabajar y ganarse su sustento dignamente.

En la provincia de Córdoba son Devoto y Balnearia las plantas que han sostenido el esquema productivo de SanCor, incluso retomando la producción de leche en polvo, mientras que Gálvez en Santa Fe también avanza en un marco de armonía mucho más visible. Al mismo tiempo, la cooperativa consiguió normalidad el Centro de Distribución del Acceso Norte, sobre Panamericana, para abastecer a todo el AMBA.

Los productos de SanCor volvieron a heladeras y góndolas de a poco, pero no sin esfuerzo.

 

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De todas maneras, el último bastión de esta batalla de Atilra, que tiene como capitán a Héctor Ponce, está en Sunchales. La casa matriz de esta láctea que lo vio surgir como delegado y lo tiene como dirigente sindical desde hace más de dos décadas, hoy lo tiene como su verdugo, a través de una cantidad de delegados que supera la proporción del resto de las plantas de la misma empresa.

Son más de 25 los que organizan un bloqueo que no tiene gomas quemadas en la puerta, pero si a quienes amedrentan a los se presentan a trabajar. Los delegados que deberían defenderlos, en estos más de cinco meses de protesta han golpeado a algunas personas que deberían defender, e incluso los amenazaron en sus propios domicilios.

La prohibición de descarga de materia prima, de carga de productos en camiones, pero también la anulación del funcionamiento de calderas o de líneas de proceso, que están debidamente documentadas notarialmente, son algunos de los motivos que modificaron la actitud de trabajadores y empresa esta semana.

“Es muy difícil sentarse a hablar con inversores cuando tenemos esta película adentro”, dice el presidente de SanCor en medio de los bloqueos de Atilra

Cuando se llegó a la conciliación obligatoria, a fines de diciembre, la empresa había hecho un cálculo aproximado de pérdidas en más de dos meses superiores a los 4.500 millones de pesos. En eso se incluían los cien mil litros que se desecharon en octubre, pero no están contados los tres mil litros para leche chocolatada que hace dos semanas se echaron a perder, pero que recién fueron descartados con un operativo complejo para poder sacarlos de la planta, el viernes pasado.

Como todas las coacciones se hacen con cautela y con el creciente malestar de los trabajadores, la empresa tomó la decisión de hacer ingresar custodia de la Policía de Santa Fe a las plantas este lunes.

Luego de la visita de los diputados nacionales del PRO Verónica Razzini, Alejandro Bongiovanni y Gabriel Chumpitaz, pero también con un mayor involucramiento del ministro de Trabajo de Santa Fe, Roald Báscolo, se consiguió organizar estas guardias de seguridad, obedeciendo a la necesidad de mantener activa la planta, pero también en línea de con la intención nacional y provincial de no aceptar bloqueos a empresas.

Las imágenes conocidas el lunes por la noche, a través de videos que los propios delegados gremiales grabaron y viralizaron, son chocantes. Es raro ver a efectivos de la policía dentro de una empresa láctea. Pero obedecen a una realidad innegable. Incluso se estuvieron segmentando los recorridos en los turnos laborales, para evitar anulaciones en las líneas de producción.

Este miércoles el sindicato generó en su canal oficial de Youtube una gran producción audiovisual en la que hacen una forzada comparación entre “La Forestal” y SanCor, mezclando las guardias policiales con la dictadura, e incluso intentando falsear la realidad indicando que con los portones liberados en Sunchales, nada sucede tal como lo cuentan los propios trabajadores.

Del otro lado está la mirada sensata de quienes opinan que la Cooperativa debe estar activa, trabajando para vender y facturar, pagar deudas de manera más ágil, cumplir con compromisos comerciales, pero también tener la tranquilidad interna suficiente como para dar lugar a nuevos inversores, a negocios diferentes, pero de capitales sanos.

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