Para el agrónomo Marcelo Warnes, el principal problema de la agricultura actual es la compactación de los suelos, pero está convencido de que puede resolverse con mayor “carga biológica”

Cuando se le pregunta al agrónomo Marcelo Warnes cómo se define, con total espontaneidad responde que se identifica como “el loco Warnes”. Así lo comenzaron a llamar en su entorno hace unos 20 años atrás, cuando se adentró en el mundo de los bioinsumos y empezó a referirse al suelo como un elemento vivo. En aquella época y hasta el día de hoy, para el biólogo lo más preocupante es la compactación de ese recurso. Por eso para mitigarlo formula distintos productos de bajo impacto ambiental.

Pero la inclinación de Warnes hacia los biológicos no es por una tendencia o moda, sino que es su manera de hacerle frente a las consecuencia que dejó para la producción la llamada Revolución Verde, y la exigencia de producir más alimentos sin medir los costos ambientales, con agroquímicos y maquinaria cada vez más pesada.

“Si los suelos no tienen calidad nutricional, el alimento tendrá déficit nutricional”, define Marcelo Warnes, fundador de TecnoSustrato e inventor de un gel rico en carbono, para recuperar los lotes

“En los años 70 comenzó un cambio de paradigma que pasaba por un mayor uso de insumos de síntesis química. Estos solucionaron un montón de situaciones y manejos. Después apareció la siembra directa y un conjunto de herramientas, como el toque genético en los cultivos. Entonces se generó todo un paquete tecnológico para generar una mayor producción. Hoy en día, por este paradigma tenemos una serie de conflictos que son muy reconocidos. Por ejemplo, los niveles de contaminación, los suelos con toxicidad química. También las semillas que van con resistencia a malezas. Todo esto generó las condiciones para que hoy se esté buscando cómo cambiar ese paradigma”, explicó Warnes a Bichos de Campo.

Sin embargo, para el fundador de TecnoSustrato -una empresa instalada en Rafaela, especializada en la elaboración de bioinsumos con una alta concentración de carbono- que el productor, particularmente de cultivos extensivos, no esté todavía del todo convencido para adoptar los bioinsumos no es una problemática. Al contrario, cree que solo hay que darle tiempo porque entiende que todo cambio genera resistencia.

Mirá la entrevista competa a Marcelo Warnes:

“En el arranque, cuando empezó la Revolución Verde, hubo mucha gente a la que le costó engancharse dentro de ese paradigma, y seguían con el arado y sus manejos tradicionales. Esto es lo mismo. Ya está planteado el nuevo paradigma”, enfatizó Marcelo.

En este sentido, el agrónomo prefiere mirar el lado positivo y se refiere al crecimiento que ha tenido la muestra de productos biológicos donde lo entrevistamos, que se realiza cada año en una locación diferente y este año tuvo lugar en la localidad de Victoria, provincia de Entre Ríos.

“Cuando empezó la EnBio eran tres o cuatro nomás, ahora fíjate la cantidad de gente que llega, la cantidad de gente que pregunta. Aparte en los medios escuchás también el tema de insumos biológicos”, dijo entusiasmado Warnes, al tiempo que celebra que muchas empresas, históricamente ligadas a los productos químicos, están migrando hacia estos insumos de síntesis biológica”.

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Aún con su tono triunfalista y un optimismo que contagia, Marcelo no intenta tapar el sol con un dedo y asegura que “hay mucho verso también de lo biológico”, algo que puede hacer que los productores duden a la hora de adoptarlos.

“Hay grandes empresas que de repente dicen que son biológicos y tienen un microorganismo o tienen un insumo de este tipo, que puede ser para teñir las semillas, como esos colorantes que existen para pintar tortas verdes. Con esos casos, la adaptación de este nuevo paradigma va a llevar su tiempo”, expresó. 

Convencido de que está más que demostrado que la compactación de los suelos es un problema y una amenaza la alimentación mundial a mediano plazo, Marcelo se esperanza con las señales que están dando varias instituciones para mejorar la calidad del suelo. Ahora con elementos concretos sobre el futuro de la producción con manejo de biológicos, dice que é y otros pioneros dejaron de ser “unos hippies que servía nada más que para la huerta”.

“Para el 2030 se necesita un 40% más de superficie agrícola para darle de comer al mundo. Pero en teoría no existe. Y el principal problema es la compactación. Entonces, lo que está sucediendo es que un montón de instituciones que hace un tiempo atrás decían tenés que tener únicamente el barbecho sobre el suelo, que eso aportaba materia orgánica, temperatura, humedad, ahora te dicen que tenés que tener todo cubierto los 365 días del año”, explicó.

“Entonces el mensaje tiene que ser más claro porque el problema que tenemos es la compactación. Pero no hay que entrar y romper todo, no. Hay que meter carbono, tenés que meter microorganismos que son los que hacen todo. A partir de ahí empezás a construir una nueva realidad, porque hay intercambio gaseoso, infiltración…”agregó.

Según el experto en suelos Rodolfo Gil, es necesario empezar a ver a los bioinsumos con otros ojos: “Sin actividad biológica, el suelo es una roca”, afirma

¿Decís que es por ahí que hay que encaminar el debate sobre la adopción de biológicos? 

-El debate a futuro, a corto y mediano plazo, es la carga biológica. Acordáte de ese término.

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