Para José “Peco” Alonso, hacer ganadería sobre alfalfa con una rotación intensiva también es una forma de devolverle vida al suelo: “Es un sistema siempre verde”, afirma

Luego de conocer el trabajo que condujo a los hermanos Alonso, con campos en el departamento santafesino de San Justo, a obtener el titulo de “los productores de camelina más grandes del mundo”, es momento de adentrarse en la otra estrategia que estos productores mixtos aplican para aumentar la diversidad del suelo: la ganadería regenerativa con pastoreo rotativo.

En 300 hectáreas de campo, distribuidas en parcelas de 8000 metros cuadrados colmadas de alfalfa, los Alonso mantienen un planteo ganadero que le da vida a la Cabaña La Cautiva. Allí el negocio es doble: por un lado venden genética Brangus y Braford, y por el otro producen carne realizando un ciclo completo.

En busca de aumentar la diversidad del suelo, el santafesino José “Peco” Alonso se convirtió en el productor de camelina más grande del mundo

En esa superficie han llegado a mantener 1700 cabezas, lo que supone tener entre cinco y seis animales por hectárea, con una carga de 1500 a 1800 kilos por hectárea por año. Ese resultado se alcanzó gracias a la intensiva rotación que realizan. Por supuesto hubo que relajar un poco en medio de la gran sequía.

“Las 300 hectáreas de parte ganadera están en el suelo un poquito inferior del campo y están con pasturas a base de alfalfa, pastoreada en franja diaria o de día y medio, dependiendo del tamaño de la parcela. Todos los días se cambia la franja y se suplementa con silaje de maíz abajo de la línea del boyero”, contó a Bichos de Campo José “Peco”Alonso.

Mirá la entrevista completa:

“Sirve para mejorar la oferta de verde, porque el pastoreo rotativo intensivo se basa en que comés de golpe y dejás que vuelva a ofertar sin dañar la pastura. Comés en un día y volvés a los 50 días en invierno o a los 30 días en primavera, porque si no dañás la pastura. La bosta y la orina están dentro de la pastura y eso fertiliza el suelo y mejora todos los microorganismos. Mejora la vida del suelo. Es un sistema siempre verde”, agregó el productor, haciendo referencia a los planteos sostenibles que surgen de Aapresid, una de sus entidades de cabecera.

Este tipo de manejo permite tener mayor control sobre la oferta en la dieta de los animales.

“Supongamos estos toros que pesan 600 kilos, 600 kilos al 3% son 18 kilos de materia seca. Esos 18 kilos de materia seca lo tienen que sacar de la pastura y el silaje que les ponemos. El año pasado estuvimos en 700 kilos de carne por hectárea”, señaló Alonso.

-¿Y buscaste otras alternativas a la alfalfa?- le preguntamos.

-No, por ahora no estamos pensando en otra cosa. Veo que hay mucho potencial en la alfalfa en un sistema así. En un sistema de pastoreo rotativo intensivo no hay más malezas, los animales se comen todo. Solo necesita gente armando boyeros, cuidando las vacas, y agua obviamente, porque son muchos animales juntos que salen de la franja a beber. Compiten por agua, compiten por comida. En este caso los toros son poquitos y hay 80 en 8000 metros cuadrados, pero hemos tenido rodeos de 200 animales en 8000 metros cuadrados. Obviamente eso es una competencia muy importante durante el día.

-Así como notaste las mejoras con la agricultura continua e intensiva… ¿Notás aquí mejoras en el suelo? ¿Se mantiene, se regenera?

-No tengo tanto análisis de la parte ganadera en cuanto a materia orgánica, pero yo lo que veo es que en esta evolución estoy logrando incrementar cargas. Podemos tener mucho verde, estamos con cargas cercanas a los 2000 kilos de carne por hectárea y obviamente así es muy fácil lograr 700 a 800 kilos de carne. Ese volumen está en años normales. Obviamente en años muy secos es más complicado, te consumís los rollos. Y este año tampoco no se pudo hacer rollo y hay que suplementar con más silaje. Pero te diría que de esas 300 hectáreas te tiene que salir el silaje y la pastura para mantener esas cargas cercanas a 2000 kilos. Obviamente acá a 250 kilómetros al norte de Rosario, tenemos tres o cuatro grados más de temperatura promedio anual y 1000 a 1100 milímetros en años normales, por lo que hay mucho aporte de verde.

Luego de pasar por este sistema rotativo, los animales son terminados en un pequeño feedlot que la familia posee, donde se engordan por 90 días. A partir de allí, los novillos son destinados al consumo interno o a exportación, en caso de estar en torno a los 430 y 450 kilos.

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