Hace más de dos años, desde este espacio en Bichos de Campo se empezó a hablar sobre la importancia de recobrar como país un lugar dentro de la Federación Internacional de Lechería (FIL), que estaba en peligro por la acumulación de deudas. En ese momento no había demasiado sustento, muchos no veían espacio para poder ordenar las cuentas pendientes y organizarse a futuro.
Ahora las cosas son distintas.
En octubre pasado en Paris, con la Cumbre Mundial de la FIL como contexto, se trató el tema de la Argentina y el país consiguió una nueva oportunidad para normalizar su situación ante la entidad internacional. Claro que habrá que pagar unos 51 mil euros. Eso permitirá organizar una comisión y ordenar el manejo de información de utilidad para el sector.
La gran diferencia de esta etapa es que el Gobierno Nacional se correrá de escena, aunque sea clave en el ordenamiento de todas las variables, dejando en manos de los privados no sólo el financiamiento de esta cuota de pertenencia a la FIL, sino también la elección de las comisiones a integrar. Flavio Mastellone ha sido el gran impulsor de este cambio, que implica que será también el sector empresario el responsables del manejo de datos.
Aunque hay tiempo hasta febrero de 2025, este jueves en Villa María se dio un paso muy importante, definiendo a la Fundación de la Escuela Superior Integral de Lechería, un espacio único de formación e investigación ubicado en una de las principales cuencas lecheras, como representante técnico de la Argentina ante la FIL.
La confirmación se dio en un acto encabezado por Sebastián Alconada, director Nacional de Lechería, además del intendente local, Eduardo Accastello; el ministro de Bioagroindustria de Córdoba, Sergio Busso; y los responsables de la ESIL, Alfredo Gadara y Fabián Habegger.
Por no pagar 49 mil euros, la lechería argentina se está quedando afuera del mundo
La intención es que esta entidad destacada sirva para la articulación de la información que se intercambia con el organismo internacional y se puedan formar a los técnicos, de manera puntual.
Si bien Córdoba es la primera que da un paso hacia esta articulación más privada que pública y será quien lidere este espacio, se trabaja también en Santa Fe y en la provincia de Buenos Aires para encontrar instituciones similares que puedan llevar adelante el trabajo técnico-científico junto a la FIL y combinarlo para tener un mapeo más completo de los principales productores y procesadores de leche del país.
Con este paso, ya son más los productores e industriales que comienzan a acercarse para este trabajo, donde también corresponderá seleccionar en cuáles de las 18 comisiones de trabajo se define desembarcar, actividad que tendría su primera instancia de importancia el año próximo, del 17 al 25 de octubre en Santiago de Chile, cuando por primera vez en la historia la FIL tenga su cumbre en Sudamérica.
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