La Sociedad Rural Argentina está por cumplir 160 años de historia en 2026 y su tradicional exposición de Palermo de este 2025 va por la edición 137. En semejantes lapsos de tiempo han sucedido infinidad de situaciones curiosas. Pero concentrándonos en la etapa desde el retorno de la democracia en 1983, en los actos centrales de Palermo han sucedido al menos cuatro situaciones que quedarán resaltadas en la historia argentina.
No, no será el discurso pirotécnico que pronunció este sábado el presidente Javier Milei ante esa tribuna el que analizaremos sino otros cuatro hechos que marcaron la impronta de diferentes gobiernos: el de Raúl Alfonsín, el de Carlos Menem, los de Néstor y Cristina Kirchner, y el de Mauricio Macri.
En el programa Nuestra Tierra, que se emite por Radio Perfil, este fin de semana entrevistaron a varios protagonistas directos de dichos sucesos históricos: Luis María Migliaro, actual coordinador de Agro en la Fundación Alem de la UCR, estuvo en las tribunas de Palermo en el acto realizado el 13 de agosto de 1988.
En ese momento, el radical Raúl Alfonsín se paró en medio de los chiflidos y dio uno de sus más vibrantes discursos. Fueron poco más de diez minutos de un orador que improvisó y enfrentó a una tributa ruralista que lo chiflaba e insultaba sin cesar. Así lanzó una de sus frases más recordadas: “Estas manifestaciones no se producen en tiempos de dictadura, aunque parece que algunos comportamientos no se consustancian con la democracia, porque es una actitud fascista el no escuchar al orador”.
“No me puedo olvidar, pasaron 37 años desde ese 13 de agosto de 1988, una mañana fría, lluviosa, muy triste lo que ocurrió en ese día. Había algunas versiones de que tal vez iba a pasar lo que realmente ocurrió. Yo diría que esta tensión viene desde un poquito más atrás. Recordarán ustedes que el camionetazo más importante que le hace el campo a un gobierno fue a Raúl Alfonsín. Ese camionetazo que hace el presidente de CRA, Tato Romero Feris, arrancando desde Corrientes, pasando por distintas provincias y llegando a Buenos Aires con 4.000 camionetas, expresando su disconformidad con el gobierno de Raúl Alfonsín y fundamentalmente atacando ese proyecto tan importante que tenía el gobierno de Alfonsín, que era el PRONAGRO.
-¿Qué era ese proyecto?- le preguntaron a Migliaro.
-Era un programa nacional agropecuario donde se le daba un valor a la tierra de manera tal de que aquel productor que más trabajaba y más rendimiento sacaba podía obtener más rentabilidad, en detrimento de aquellos que tenía el campo semivacío o en producción muy reducida. Entonces eso no le gustó a los grandes hacendados, a las grandes oligarquías que venían en contra de ese proyecto revolucionario. Como tantas cosas revolucionarias que hizo el gobierno de Alfonsín en materia de derechos humanos, de recuperar las instituciones, también en el campo había proyectos de esta naturaleza moderna que no fueron bien recibidos por este sector de la sociedad.
-Hay que aclarar que también había retenciones en esa época había retenciones.
-Antes no, al comienzo de Alfonsín eran las más bajas, después subieron un poco. En el momento del conflicto este de la Rural era del 26% la retención que tenía la soja. Había buenos precios internacionales, con lo cual la rentabilidad no era mala. Por supuesto la soja no tenía la importancia que tiene hoy. Se producían 3 millones y medio de toneladas contra las 50 que se producen ahora.
-¿Entonces la discusión era más agropecuaria o más política?
-No, la discusión era política. No se quería discutir lo agropecuario. Era un tema ideológico. El PRONAGRO venía a revolucionar el sistema productivo argentino. Y eso produjo un cortocircuito fuerte en donde se utilizaron momentos débiles del gobierno. Porque primero pasó lo del camionetazo. Luego vino el Plan Austral que produjo un impasse. La sociedad compró ese plan extraordinario que se pone en marcha la presidencia de Alfonsín con Juan Sourrouille el 14 de junio de 1985. Pero eso se va deteriorando. El Plan Austral comienza a caer. Y se aprovecha esa decadencia desde lo económico que va teniendo el plan económico del gobierno para llegar a este punto de 1988 en la Sociedad Rural.
-¿Dónde estabas vos ese día?
-Nosotros estábamos en las tribunas azorados viendo los movimientos de las tribunas. Los silbidos, los abucheos, los carteles. Bueno, comienza quien hace los anuncios de los que van a hablar presentando al presidente de la Rural, a Guillermo Alchourón. Recordemos que era un afiliado al radicalismo. Su discurso fue muy duro para el gobierno, pegándole y levantando los aplausos enardecidos de la tribuna cuando se le estaba pegando al gobierno.
-O sea… ¿Un afiliado radical levantó la tribuna en contra de un presidente radical?
-Exactamente. Eso fue lo que pasó. Luego se hace el anuncio que va a hablar el secretario de Agricultura que era en ese momento Ernesto Figueras. Levantó más la temperatura ya el solo anuncio de que comenzara a hablar. Los silbidos eran más fuertes, los abucheos eran más fuertes, el griterío era más fuerte. Prácticamente no lo dejaron hablar. Hasta que cuando hacen posteriormente el anuncio de que va a hablar el Presidente de la nación, son ensordecedores los silbidos, y toda la reprobación que hacía la tribuna. Hasta que, bueno, se escucha la frase histórica, cuando tiene que tratar de fascistas a aquella tribuna que no deja escuchar al orador. Les dijo, claramente, que era una actitud totalmente antidemocrática. No se sustanciaba con lo que era la democracia o la vida democrática.
-En el retazo de la historia queda eso: Alfonsín, frente a un escenario absolutamente adverso, termina dando vuelta la taba, de algún modo.
-Con un aplomo y cintura política que siempre tuvo, contestó con firmeza, con fuerza, pero le agregó que él creía que no eran productores seguramente la mayoría de los que estaban gritando y silbando, pero que seguramente eran los mismos sectores que anteriormente silbaron a Yrigoyen, silbaron a Perón y ahora le estaban silbando a él. Es decir, y son los que, callados de miedo, aplaudieron al gobierno de Videla, por ejemplo. Entonces hay que ver eso en perspectiva para darse cuenta que tenía un contenido político muy grande. Ese mal momento que le hicieron pasar a la democracia y al Presidente en ese caso.
Migliaro siguió recorriendo la historia: “Con Alfonsín pasó eso, pero después vino el gobierno de Menem y en la última presentación que Menem como presidente entra al predio de La Rural, es recibido por Enrique Croto, que es el presidente de la Rural. Y lo despide diciéndole: ‘Sepa que usted está en su casa y las puertas de nuestra entidad estarán siempre abiertas para recibirlo. Gracias por todo lo que hizo’. Y yo me pregunto: ¿Será que le agradeció la eliminación de la Junta Nacional de Granos y la de Carne? ¿Que le quitó la autarquía al INTA? ¿Que desaparecieron 200.000 productores en su gestión? ¿Que se hipotecaron 12 millones de hectáreas de la pampa húmeda en favor del Banco Nación?”
“Eso quería complementarlo porque es como que cierra un poco aquella silbatina de Alfonsín contra lo que es contracara de lo que fue Menem y lo que pasó con el campo en ese momento”, reflexionó el dirigente de la UCR.
La entrada Testigos históricos de Palermo: El radical Luis María Migliaro recuerda aquel sábado de 1988 en que Raúl Alfonsín llamó “fachistas” y “antidemocráticos” a quienes lo chiflaban en el acto central de la Rural se publicó primero en Bichos de Campo.