Tras animarse a producir olivos en San Antonio Oeste, Fabián Mañana y su padre elaboraron un aceite premiado a nivel internacional: Su empresa hoy sorprende con la cosecha mecanizada

La historia productiva que tiene como protagonistas a Fabián Mañana y a su padre Amaro podría describirse como una auténtica historia de locos.

Aunque sus nombres hoy son vinculados a la producción olivícola en la zona sur de Río Negro, más precisamente en la localidad de San Antonio Oeste, su relación con el sector agropecuario estuvo dada originalmente por la producción ganadera al sur de Trelew, en la provincia de Chubut.

Tras escuchar que la región del Golfo San Matías ofrecía condiciones ideales para implementar olivos, tanto a nivel del suelo como de su clima, su espíritu emprendedor los llevó en 2001 a plantar nada menos que 100 hectáreas de olivos, dando así vida a la firma Oleosan.

“Locos es poco para lo que les dijeron cuando arrancaron con esto. Y yo agrego un dato más: tienen sangre vasca. Algo de olivo deben tener perdido en su ADN”, contó a Bichos de Campo Gladys Maidana, responsable de ventas de aquella empresa.

La variedad elegida para producir fue la Arbequina, de la que trajeron esquejes desde Catamarca. Previo a eso, padre e hijo tuvieron que realizar distintas mejoras al terreno, que incluyeron desmonte y la colocación de una red de riego con tecnología israelí, nutrida por agua del canal Pomona. En la actualidad, aquel sistema abastece de agua a poco más de 200 hectáreas. Eso resulta clave teniendo en cuenta que el promedio de lluvias anuales ronda –en el mejor de los casos- entre los 100 y 150 milímetros.

Oleosan posee hoy en día unas 110 hectáreas implantadas, de las cuales 80 se encuentran en plena producción. Entre 2023 y 2024 se sumaron unas 14 mil plantas adicionales, que en función de sus ciclos productivos estarán listas para ser cosechadas a finales de esta década.

“Siempre decimos que el clima de la región es similar al del Mediterráneo para el olivo. Este cultivo se desarrolla en zonas semidesérticas por las amplitudes térmicas. Y al estar frente al mar, el golfo y las mareas regulan todo para tener un clima ideal”, explicó Maidana.



Esa gran variación de temperaturas es la responsable del desarrollo de niveles elevados de ácido oleico en las olivas, algo muy buscado en un aceite de calidad premium. A eso se suma el porcentaje de acidez, que se encuentra atado al cuidado que recibe la fruta, y a los tiempos de cosecha y producción.

“Nosotros tenemos una línea de producción que procesa 1500 kilos de frutas por hora. Esto hace que los tiempos de proceso sean óptimos para tener esta acidez que es un 0,01 nuestro aceite. Hoy producimos un aceite de una calidad muy especial, que ya obtuvo tres premios Gran Prestigio de Oro, en el concurso internacional Olivinus”, destacó la jefa del área comercial.

En la Argentina se fabrican máquinas para cosechar olivos que tienen aceptación mundial, pero jamás adivinarías dónde

En esto también cobra importancia una diferencia adicional con el resto de la región olivícola del país, dada por las bajas chances de granizo y de vientos fuertes, que facilitan la maduración de las olivas en las plantas.

Oleosan cuenta además con su propia almazara, aquel molino que se utiliza para obtener el aceite contenido en las olivas. Entre los meses de abril y julio, ese establecimiento procesa  sin pausa lo que se cosecha.

Si bien la cosecha se realizó durante años en forma manual, con una cuadrilla de entre 50 y 60 trabajadores de la zona que recolectaban las olivas, en 2024 la empresa decidió incorporar una cosechadora mecánica, que los convirtió en pioneros de este manejo en la zona.

“La cosechadora, que se fabrica en Venado Tuerto, fue muy buscada por el tipo de trabajo que realiza. Nosotros estamos en una región de suelo franco arenoso. Esto hace que una cosechadora típica, de esas que hacen vibrar al tronco de la planta, no se pueda usar porque castiga a la raíz. La máquina que usamos es como un puente que va por arriba de la línea de los olivos, y con vibraciones en las ramas despega las aceitunas sin mover al tronco”, señaló Maidana, que añadió que previo a su adquisición visitaron planteos de San Juan que hacían este tipo de laboreos.



Pero además de perseguir la optimización en los tiempos de recolección, logrando procesar en menos de cinco horas la colecta diaria de aceitunas, Oleosan apuntó a resolver un problema de falta de mano de obra.

“Fue un tema delicado en cuanto a la necesidad de cosecheros para la plantación. El 2023 fue el año determinante para comprar la cosechadora, porque fue difícil conseguir mano de obra. Es algo común en esta región, y pasa también en la zona del Valle. Nosotros contratábamos gente del pueblo, teniendo todo lo que se necesita para traerlos, pero aún así no conseguíamos. De todos modos, una parte de la cosecha sigue siendo artesanal”, indicó Maidana.

El portfolio de productos de Oleosan se completa con aceitunas verdes y aceitunas griegas, estas últimas elaboradas en forma artesanal. La firma comercializa en su finca pero también distribuye a distintas localidades del país.

Luego del fallecimiento de Amaro, Fabián es quien conduce la empresa con la firme intensión de llevarla a lo más alto en materia de calidad.

“Fabián es un hacedor y trabajador nato, que fue aprendiendo sobre la marcha. Estuvo con un ingeniero durante el desarrollo del sistema de riego, y tiene un asesor para mantener a las plantas bien cuidadas, tanto en materia de fertilización como en todo aquello que puedan necesitar durante su ciclo, pero el resto lo aprendió haciendo. Él dice las plantas son sus hijas, porque las hizo él. Y hoy es una plantación es un modelo en la región”, afirmó Maidana.



Y como si todo este derrotero fuera poco, la empresa incursionó hace cinco años en la plantación de tres hectáreas de uvas malbec, gracias a las que inauguraron la bodega Don Amaro, en honor al padre de Fabián.

Eso les valió el título de ser la primera bodega de la zona frente al mar, y la número 14 en la ruta del vino de Río Negro, destacándose por producir un vino artesanal orgánico.

La producción de olivos más austral de la Argentina

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