La misma charla fue organizada por la Sociedad Rural de Rosario tanto en la Expoagro de marzo pasado en San Nicolás (cuando todavía arreciaba la sequía) como en la Agroactiva de junio en Armstrong (cuando las primeras lluvias habían aplacado algo la situación climática). La misma charla en un contexto diferente, pero cortado por la misma tijera. En ambas charlas se analizó la situación de distintos sectores del agro en medio de la emergencia climática.
El agrónomo Guillermo Farbman participó de ambas charlas. En Expoagro presentó un complejo análisis sobre las pérdidas proyectadas en los diferentes departamentos y localidades de la provincia de Santa Fe debido a la falta de ingresos por la sequía. “Calculé cuánto iba a perder cada departamento. Y me encontré con algo que no me gustó: no tuve devolución de ninguno de los entes gubernamentales de la provincia ni municipio, ni comuna. Nadie llamó para preguntar si esto era así, si sería verdad.
Mirá la entrevista a Guillermo Farbman:
Indignado por la indiferencia de las autoridades, en la segunda charla, la de Agroactiva, con los pronósticos de pérdida por sequía convertidos en una triste realidad, Farbman eligió hablar entonces de otra sequía igualmente peligrosa e incluso más dañina de la que redujo la cosecha 2022/23 a casi la mitad de lo normal.
“Tomé la sequía desde otra área y desde otro punto de vista que tiene que ver con el relato. Entonces me encontré con una serie de dichos de algunos políticos desde el 2008 a la fecha. Esto me está dando pautas para pensar que tenemos sequía de memoria, tenemos sequía institucional, tenemos sequía de democracia, tenemos sequía en educación, en justicia, en seguridad”, se lamentó el agrónomo.
Y añadió: “Un día escucho a un político que no puedo recordar quién es, que habló de vagancia cívica y yo la vagancia cívica la busco. Trato de entender de qué, que cuál es el significado. Y la asociaba de nuevo con la sequía cívica, porque lo que nos pasa no solo es culpa del gobierno sino de todos nosotros que ponemos un voto y nos olvidamos que ese voto es nuestra identidad y lo dejamos en manos de los dirigentes que hacen lo que se le canta. Las ganas para ese momento no resuelven los problemas y el tema continúa”.
“Yo tengo 46 años de profesión, tengo casi 70 años. Quiero un futuro y no puedo seguir pensando que los sigan empaquetando con versos”, añadió Farbman.
-Usted siente que con la sequía no hubo una respuesta colectiva. Massa se reunió con la Mesa de Enlace, anunció un par de medidas que después no se cumplieron. Nadie lo controla, pero finalmente la ayuda no llegó, se desvaneció.
-No se cumplió nada. Se abandonan lo que yo denomino banderas. Lo que no debe hacer ninguno de la dirigencia agropecuaria es arriar ninguna bandera, al menos tener cuatro banderas que sean sostén del sector, pero no arriarlas jamás, porque es la única forma de poder darle de alguna manera identidad al sector. Respeto por el sector. Saber que este país es sí o sí agropecuario. Por supuesto que después de la producción de materia prima viene la industria, pero sin materia prima no existe la industria. Entonces o le damos entidad y le damos fuerza y le damos contenido a nuestros dirigentes con actitud cívica, o los dejamos a la deriva. Y yo no juzgo a los dirigentes si son buenos o malos. Yo creo que los dejan solos.
-Está claro que, en todo caso, la representación del sector está absolutamente fragmentada.
-Tal cual, y eso eso no le sirve absolutamente de nada a la comunidad agropecuaria, como tampoco le sirve a la comunidad agropecuaria haber descubierto que hay redes informáticas, llámese WhatsApp, Instagram y demás, donde en lugar de hacer aportes se traen cosas que no tienen absolutamente nada que ver, videítos de acá y allá que no le aportan al cambio absolutamente nada. Las redes sociales, que así se llaman, deben construir una red social muy fuerte del sector agropecuario, con propuestas y decisiones para que el dirigente las pueda llevar adelante.
Esta fue la charla completa brindada en la Agroactiva:
La entrada Triste conclusión la de Guillermo Farbman: Hay una sequía que continúa y es incluso más dañina que la falta de lluvias se publicó primero en Bichos de Campo.