Muchas naciones del mundo siguieron en los últimos meses sumando nuevas barreras al comercio exterior para consolidar una tendencia que se viene potenciando desde 2018 a la fecha.
“Se mantuvieron diversas restricciones a las exportaciones de alimentos, recursos forrajeros y fertilizantes, lo que compromete el flujo previsible de alimentos en los mercados internacionales y contribuye a la volatilidad de los precios en un momento en que la asequibilidad de los alimentos sigue siendo una preocupación importante a nivel mundial”, indica el informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Gran parte de las restricciones están impulsadas por factores ajenos al negocio, dado que, luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los flujos comerciales comenzaron a redireccionarse a partir de criterios más geopolíticos que comerciales.
Adicionalmente, en un contexto global inflacionario, los gobiernos de algunos países restringen la salida de determinados productos agroindustriales para asegurar su abastecimiento y licuar el precio interno de los mismos.
Desde el estallido de la guerra ruso-ucraniana, a finales de febrero de 2022, la Secretaría de la OMC comenzó a identificar un número creciente de medidas restrictivas a las exportaciones introducidas por diferentes países. Hasta fines de mayo pasado los casos en vigencia eran de 63.
Desde el 24 de febrero de 2022, la cobertura comercial de las medidas restrictivas de las exportaciones introducidas por los países miembros de la OMC se estimó en un volumen de comercio equivalente a 121.400 millones de dólares, de los cuales 13.100 millones corresponden a fertilizantes.
Entre las medidas identificadas para aplicar restricciones a las exportaciones se incluyen prohibiciones directas, cuotas, derechos de exportación y requisitos de licencias específicas para poder concretar operaciones.
En lo que respecta al Comité de Productos Agropecuarios de la OMC, el informe indica que “las medidas de limitación de las exportaciones de productos alimenticios también fueron objeto de varias preguntas específicas en el Comité”, entre las cuales se contemplaron “las medidas de Argentina sobre la carne vacuna y algunos cereales, la prohibición de exportación de almidón de maíz de China, la medida de Hungría sobre el trigo y otros cereales, las restricciones de exportación de trigo y arroz de la India, las restricciones de exportación de aceite de palma de Indonesia, la restricción de exportación de maíz blanco de México, y las restricciones a la exportación de algunas hortalizas impuestas por Turquía”.
“El objetivo principal de tales preguntas fue evaluar la compatibilidad de estas medidas con las normas pertinentes de la OMC, determinar cómo se tenían en cuenta los intereses de los países importadores afectados y subrayar la importancia de la notificación oportuna de restricciones de exportación al Comité Agropecuario”, apunta el informe.
Muchos países, por otra parte, también mostraron un interés en evaluar la estrategia de política anti-deforestación aplicada de manera unilateral por la Unión Europea, que plantea la creación de una nueva barrera comercial para muchas naciones de base agroindustrial.
“Un grupo de miembros de países en desarrollo compartió con el Comité una carta conjunta enviada al Parlamento, al Consejo y a la Comisión de la UE-27 expresando su preocupación por la naturaleza extraterritorial del reglamento propuesto, el posible efecto negativo y discriminatorio en los intereses de exportación de los países y la necesidad de diálogo con los países potencialmente afectados para abordar sus preocupaciones”, resumió el informe.
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