La progresiva desvalorización del peso continúa licuando los salarios de la mayor parte de los argentinos. Pero el dato es que podría ser mucho mayor si productos como la carne vacuna acompañaran al promedio general de la inflación.
La inflación mensual informada por este miércoles por el Indec se ubicó en un 7,8% mensual, mientras que la interanual fue de 144,2%. No fueron pocos lo que, midiendo la cuestión con su propio “bolsillo”, consideraron a eso números lejanos de a realidad de la calle.
Sin embargo, un capítulo importante del índice muestra una situación por demás particular y ayuda a explicar parte del momentáneo retroceso que experimentó la inflación minorista.
En el último año la “canasta cárnica vacuna” medida por el Indec (que comprende asado, paleta, cuadril, nalga y carne picada) mostró una inflación interanual del 73,1% versus un 121,4% el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en comercios y supermercados de la ciudad de Buenos Aires (CABA-GBA).
Es decir: la carne vacuna sigue “corriendo por detrás” a la inflación al registrar un atraso anual de más de 48 puntos respecto del promedio general de alimentos.
La cadena de la carne vacuna tiene precios atrasados y eso desfinancia a las empresas frigoríficas y más aún a las ganaderas, ya que los precios de la hacienda vienen hace meses con incrementos menores a los de la carne.
El enorme retraso que mantienen los cortes vacunos se explica por el incremento de la oferta de hacienda con destino a faena, producto de una mayor producción combinada con la necesidad de “liberar” campo en zonas afectadas por la sequía y las restricciones oficiales a la exportación.
En ese marco, los valores de la hacienda liviana vienen corriendo muy por detrás a la inflación. Tomando como referencia los promedios del mayo pasado en el Mercado de Cañuelas, el novillo ajustó 58% en términos interanuales, mientras que el novillito lo hizo en un 55% y la vaquillona en un 52%.
El comercio y la industria tienen subas de costos energéticos, logísticos y salariales que se trasladan al precio de la hacienda, pero el eslabón primario no tiene con quien descargar los propios y termina siendo el más afectado en el corto plazo.
En tanto, el ajuste nominal de la categoría vacas fue de sólo el 20% interanual con una inflación oficial general (IPC-Index) del 114,2%. Una auténtica “carnicería” del negocio para criadores y tamberos.
En este caso, el retraso tiene más que ver con la alta oferta por la sequía y la competencia brasileña, que es mucho más competitiva que la argentina para colocar cortes de esa categoría en China, mercado que viene hace meses “tirando” hacia abajo los valores de importación.
En definitiva, los precios de la hacienda subieron este año muchísimo menos que el promedio informado por el Indec y, en consecuencia, el sector cárnico se convirtió, forzosamente, en un “aliado” del gobierno, el cual, seguramente, no dudaría en culparlo de atentar contra el “bolsillo” de los argentinos si se produjese una recomposición del terreno perdido.
El mercado chino no tiene piso: Sigue cayendo el precio de la carne que se exporta
La entrada ¿Ya dio las gracias el gobierno nacional por el gigantesco y forzoso aporte que están haciendo los productores ganaderos para contener la inflación? se publicó primero en Bichos de Campo.