Fue el pasado viernes, a las 4 de la tarde, cuando el peón Víctor Díaz recibió por parte de su patrón la noticia más inesperada: Tras 11 años de trabajo en la estancia, lo habían echado.
“Pobrecito, veo a este perro y lloro, lo voy a extrañar un montón”, dijo visiblemente emocionado en un video que publicó en sus redes sociales, mientras volvía caminando a su casa con sus cosas en mano y mucha bronca acumulada.
No es casualidad que la historia de este trabajador paraguayo se haya hecho tan conocida. Con más de 500.000 seguidores en Instagram, hace mucho tiempo que Víctor muestra a la comunidad digital el trabajo que hace en el campo de San Vicente, en el sur de la provincia de Buenos Aires, y explica varias de las tareas que hace un peón rural.
Y fue justamente por esa exposición que terminó separado de su puesto.
“Yo estaba trabajando tranquilo, feliz y contento. Nadie me avisó que me iban a echar”, dijo Victor en un descargo que publicó en sus redes sociales, al ver que su historia se había hecho viral y ya recibía ofertas de trabajo y de ayuda legal de miles de seguidores.
Y es que, hasta que el pasado viernes se sentó en la oficina de su patrón, todo había transcurrido con normalidad para él. “Sin nervio”, como solía decir en cada uno de sus videos. Pero cuando le dijeron “hasta acá llegamos” comprendió que fue esa actividad en redes la que lo dejó afuera de su trabajo.
El video de la polémica lo publicó el 13 de junio. Allí mostraba una silobolsa con pasto podrido, que prácticamente ya no servía para alimentar a los animales del campo. “Van a ponerse todos nerviosos”, auguró el peón, que, desafortunadamente para él, también dijo que la responsabilidad es de cada uno que trabaja allí.
“Al ingeniero no lo van a llamar porque supuestamente es el que sabe, pero todos tienen la culpa”, dijo. Tal como expresó en un posterior descargo, ese fue el supuesto desencadenante de su salida.
Pero parece que no era la primera vez que Víctor era señalado por su exposición en redes sociales. Y es que su comunidad digital, de más de medio millón de personas, también seguía de cerca los videos en los que mencionaba su situación laboral o hablaba de lo mal pagos que están los peones rurales, lo que de seguro molestaba también a sus superiores.
Sin ir más lejos, a fines de abril, publicó un video en el que explicó que estaba trabajando, según sus palabras, “en blanco falso”, y que había llegado el momento en que lo iban a registrar correctamente. Fiel a su estilo directo, contó que desconfiaba del ofrecimiento del patrón, y aseguró que estaba asesorado legalmente.
Dos meses más tarde, fue finalmente echado. “¿Ahora adónde voy? Me quieren dar una plata que no sirve para nada”, expresó en su descargo, y ofreció vender parte de sus pertenencias para subsistir las próximas semanas.
En pocas horas, por iniciativa de otro influencer amigo, @alex_lucca0, varios usuarios le enviaron donaciones y apoyo.
El descargo que publicó en su cuenta de Instagram:
De seguro que el joven trabajador conseguirá nuevas oportunidades laborales, pero lo que más le duele, sostiene, es tener que dejar a las mascotas que cuidó y que lo acompañaron por 11 años. Ese fue el motivo de sus lágrimas el pasado viernes, y de la bronca que aún hoy tiene.
Por el resto, si bien remarcó que ya está asesorado legalmente, dio señales de gratitud y eligió darle un cierre a esa historia. “Agradezco a mi patrón y a mi encargado por darme trabajo. Yo voy a salir tranquilo y con la frente en alto”, expresó en sus redes este fin de semana.
La entrada “Yo voy a salir tranquilo y con la frente en alto”: De las lágrimas por su perro al descargo en redes sociales, el peón rural que fue viral tras ser echado del campo se publicó primero en Bichos de Campo.