La modalidad ganadera de pastoreo racioanl viene ganando terreno en muchas decisiones de empresas agropecuarias, sobre todo en las nuevas generaciones, que buscan desarrollar ese modelo por sobre el tradicional.
Es que este tipo de planteo productivo se da con los animales pastando a campo en parcelas, y rotando la presencia de los mismos a otras parcelas dando tiempo a la regeneración natural de las pasturas que los animales necesitan para alimentarse, sobre todo bovinos y ovinos.
Muchos de los productores que utilizan este modelo aseguran que es “más amigable con el ambiente” que los modelos ganaderos tradicionales, donde se usan suplementos alimenticios.
Tan extendida está esta práctica, que en Uruguay existe SUPRA, la Sociedad Uruguaya de Pastoreo Racional, y su presidente es Alejando Michelena, que además es ingeniero agrónomo.
Michelena explica a Bichos de Campo que a pesar de que la ganadería es el principal motor del país vecino, el pastoreo racional tiene que competir contra varios jugadores importantes productivamente hablando en el Uruguay, como el forestal.
Para describir el entorno en el que se desarrolla esta actividad, Michelena analiza: “Al norte tenemos bastante forestación en los campos. Ahí está todo el tema de las pasteras, y el manejo que tenés que hacer con la ganadería para poder igualar la renta que pagan las pasteras. Nosotros tenemos a mano una sociedad hermana de silvo pastoreo, que integra la forestación a la ganadería, en filas de 200 o 250 plantas por hectárea en vez de las 1300”, haciendo referencia a la competencia en rentabilidad que se genera contra la producción forestal, y la manera de unificarlas.
Incluso Michelena explica que en Uruguay ya existen más de 300 productores y técnicos que incorporan el concepto del pastoreo racional a los planteos ganaderos. Sobre el crecimiento, el agrónomo agrega: “A veces comparamos esto con lo que fue el momento de la siembra directa. Se dieron todas las condicionantes: precio alto, producto, precio muy alto de insumo. Entonces todas estas tecnologías de procesos se amortizan muy rápido, se pagan solas. En Uruguay nos metimos casi obligado por diferentes razones”.
A partir de ahí comienza el verdadero núcleo de la cuestión, dado que le preguntamos si este planteo también se da como búsqueda de una rentabilidad económica, o se da por la vía filantrópica de quien lo realiza. Sobre esto, Michelena responde: “En esto hay una razón económica también. Este desarrollo tiene tres patas: el desarrollo económico, el ambiental y social. Yo creo que el tema ambiental en Uruguay se trabaja bastante bien en algunos términos, pero lo que nos está pasando es que hoy tenemos 20 mil productores menos que hace 20 años y 40 mil trabajadores menos en el campo que hace 20 años”.
Sobre el tema del éxodo, las inversiones y lo que está pasando con la ganadería y las nuevas tendencias, el agrónomo asegura: “En realidad, el éxodo está siendo mucho más grosero que antes, fruto muchas veces de inversiones desde fuera del sector que entra, pero en realidad este también es un tema macroeconómico. A Uruguay llega mucha plata de afuera, muchos invierten también en ganadería, que es como el principal rubro productivo del país, y lo que nos está pasando en realidad, que la sostenibilidad se está dando por el no pasaje de la explotación familiar de una generación a otra, o porque las empresas finalmente no pasan por algunos bordes. Venimos de seis sequías en siete años. Entonces los que tienen sistemas de agua desarrollado o los que pueden diferir del pasto y lo dosificando, nos ha resultado mucho más fácil llegar a la otra orilla. En estos tiempos, para mí se han dado condicionantes de clima, de mercados, que no es solo precio. Hay un consumidor que te quiere preguntar más, cómo es ese kilo de carne que se está comiendo”.
Mirá la entrevista completa con Alejandro Michelena:
Pero además de describir el escenario uruguayo, Michelena lanza una frase que si bien es de un argentino, la reproduce ante los micrófonos de Bichos de Campo: “A veces nosotros tenemos la idea de que uno hace plata, y que si rompe algo, después con la plata lo arregla. Es como cuando uno gasta salud para hacer plata, y después gasta plata para recuperar salud. Bueno, acá, de verdad hay que buscar cosas que con inteligencia. Un argentino que trabaja muy bien, dice que estos sistemas tienen mucho más materia gris por hectárea. Y es verdad, hay que ponerle mucho más pienso, y conocer mucho más del ecosistema particular que tenés de producción, pero da más plata, regenera ambiente, pasturas y captura carbono en suelo, maneja mucho mejor el agua. La huella ambiental tiene tres patas, el agua, el carbono y la biodiversidad. En general en los sistemas esto le pegas positivamente a las tres. El sistema de pastoreo racional funciona en cualquier tipo pasturas, pero sobre todo en Uruguay, que tiene todavía 60% de campo natural, tiene un potencial enorme”.
-¿Es verdad que se regenera el pasto?
-Si, se regenera. Se regenera que regenera vida en suelo, regenera tapiz. Nosotros tenemos un sistema de producción ovina donde hemos logrado vender corderos sin darle ninguna toma. Entonces, cuando uno deja de meterle el producto químico al rumen de la vaca o de la oveja, hay toda una micro flora que no afectas es que empieza a estar el suelo.
-¿El consumidor lo valora?
-Eso es otra cosa que se está dando. A mayor poder adquisitivo, hay más diferencia en ese consumidor. Nos ha pasado en el mercado global que entra y sale China, y China paga lo mismo por todo. Pero hay nichos donde claramente estas cosas se diferencian mucho. Como los corderos. Hay carne orgánica del cordero. En Estados Unidos vale 70% más la inorgánica.
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