La novedad es que a través de la Resolución Conjunta 3/2023, los ministros de Economía, Sergio Massa, y de Ambiente, Juan Cabandié, aprobaron este miércoles el “Plan Nacional para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI)”, una vieja iniciativa oficial -desde 2015 que dan vuelta con este tema- para promover una ganadería que pueda producir carne y a la vez preservar los bosques nativos que todavía quedan en pie en el país.
La verdadera noticia es que este programa oficial a favor de los modelos silvopastoriles, que debería ser articulado desde Ambiente con la Secretaría de Agricultura y el INTA, en conjunto con las provincias, apunta a incorporar magras 300.000 hectáreas planificadas y certificadas de aquí a 2027. Al parecer, hasta 2019 había unas 600 mil hectáreas bajo estas condiciones.
Frente a una superficie ganadera de al menos 60 millones de hectáreas, parece poco. Como sea, está más que claro que este programa para impulsar una ganadería ambientalmente responsable en áreas que de otro modo sufren una desmedida presión hacia el desmonte avanza lento y resulta poco ambicioso. Un ejemplo es que el Comité Técnico que debe aplicarlo se creó en 2022, recién se reunió el 20 de marzo de 2023 y ahora, más de tres meses después, se le aprobó la versión final del Plan Nacional de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI).
¿Qué vendría a ser? Según el propio manual ahora oficializado, “el Manejo de Bosque con Ganadería Integrada es un modelo de gestión sustentable del Bosque Nativo, con una visión integral en el manejo de la producción y la conservación de los bosques nativos, en concordancia con los objetivos de la Ley N° 26.331 de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos y el contexto internacional”.
Desde hace rato que el Estado Nacional viene pensando en una fórmula que impulse este integración desde al menos ocho años. “En el año 2015, a través del Convenio de Articulación Interinstitucional suscripto entre la-ex Secretaria de Ambiente y el Ministerio de Agricultura (los roles estaban invertidos en ese momento) se estableció el marco político-institucional general para la implementación del acuerdo técnico sobre “Principios y Lineamientos Nacionales para MBGI”.
Este es el Manual:
Este martes, en la sede de la Sociedad Rural Argentina (SRA), se reunieron casi todas las entidades que conforman la cadena de Ganados y Carnes. El motivo fue evaluar con delegados agrícolas y representantes de Cancillería las nuevas exigencias impuestas por la Unión Europea a través del reglamento 2023/1115, que amenaza con imponer restricciones a las importaciones de carne desde zonas que hayan sido deforestadas. Por este motivo, este tipo de planes de apoyo a modelos silvopastoriles están cobrando mucha importancia.
Pero lo cierto es que parece poco lo que se ha hecho en el periodo comprendido entre 2015 y 2022, ya que solo “se logró la implementación de sitios pilotos en diferentes provincias, como Santiago del Estero, Chaco y Santa Cruz, asimismo se avanzó en la definición de un Sistema de Indicadores a Nivel predial para algunas regiones forestales del país con apoyo del sector científico”.
A no cejar. El año pasado se dictó la Resolución Conjunta 2/2022, que estableció los Principios y Lineamientos Nacionales, además de crear un Comité Ejecutivo. Ahora el trabajo por delante, con el manual escrito, parece mucho más complejo, pues habría que “adecuar la normativa de las 23 provincias al MBGI, tendiente a cambiar el uso ganadero de monte nativo a MBGI”.
A esta velocidad, las metas que se fijó el plan nacional son más bien modestas:
“Contar con 300.000 hectáreas adicionales de superficie bajo MBGI para el 2027 como mínimo.
Promover la participación de las productoras ganaderas bajo los esquemas de MBGI, en al menos tres provincias.
Robustecer el Sistema de Monitoreo de Planes MBGI, contemplando diferentes escalas espaciales de análisis e integrarlo al Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos.
Consolidar la articulación interinstitucional e interjuridicional convocando a una reunión anual entre el Comité Técnico Nacional y los Comités Técnicos Provinciales.
Desarrollar estrategias la comercialización de productos MBGI.
La aspiración en que cada provincia con bosques nativos, en los que además se pueda hacer una ganadería responsable, quede constituido un ALA, que sería “la institución local encargada de llevar adelante los planes ganaderos y el INTA local. Podrán además ser parte las instituciones públicas y privadas que se consideren pertinentes, como ser organismos del ámbito académico y técnico Universidades, CONICET; INTI, asociaciones de productores, representantes del sector privado, movimientos sociales, ONGs, entre otros”.
El manual tienta a los ganaderos que tengan bosques nativos en sus predios con la posibilidad de cobrar recursos del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y Conservación de los Bosques Nativos (FNECBN).
Según la mirada oficial, esta estrategia funciona, ya que “22 jurisdicciones han priorizado el MBGI y se le ha sido asignado el 23% del FNECBN 2022”, ya que “en 2019, existían más de 600.000 hectáreas con uso silvopastoril en más de 500 planes que recibieron fondos de la Ley 26.331.
El rol del INTA para sumar nuevos planes sería relevante. El manuela dice que el organismo “formuló para los próximos años proyectos nacionales, macro-regionales y regionales que articularán y se complementarán para el abordaje del MBGI como una temática prioritaria y estratégica en todas las regiones en las que se integran el bosque nativo con la ganadería”.
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