Bomberos voluntarios lograron esta noche contener el fuego en La Calera, pero el riesgo de incendio en todo el territorio de la provincia de Córdoba sigue siendo extremo.
Una imagen que se repite todos los años son los incendios que se producen en diferentes regiones de Córdoba que hacen que se pierdan miles de hectáreas de bosque nativo, además de infraestructura, viviendas, hacienda y, lamentablemente, en algunos casos también vidas humanas.
Desde el 2010 está vigente la Ley de Bosques Nativos de Córdoba (Nº 9814) que tiene como objetivo la “preservación, conservación y manejo sustentable de los bosques nativos de la provincia”, pero su aplicación han generado debates, especialmente en lo que respecta a incendios forestales.
“La ley busca preservar las áreas de bosque nativo, sin embargo, debido a la acumulación de material combustible en zonas donde se prohíbe la actividad ganadera, esas áreas son susceptibles a incendios anuales, lo que pone en duda si las medidas de preservación logran su objetivo”, indicó Osvaldo W. Luna, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba y responsable técnico de la Mesa Ganadera de la región CREA Córdoba Norte.
“La acumulación de biomasa en estas áreas aumentan la probabilidad de incendios devastadores. Tendríamos que preguntarnos: ¿se está logrando con el marco vigente un equilibrio entre la conservación del bosque nativo y la prevención de incendios?”, señaló a Bichos de Campo.
Los incendio suelen tener un elevado impacto ecológico porque no sólo destruyen la vegetación, sino que también afectan a la fauna, el ciclo del agua y el suelo. La frecuencia de los incendios puede impedir que los ecosistemas se regeneren de manera natural, llevando a una degradación continua y una pérdida de cobertura boscosa a largo plazo.
“Tenemos que analizar el rol de la intervención ganadera en la prevención de incendios, porque la prohibición del uso de ciertas zonas para actividades ganaderas es contraproducente para la prevención de incendios”, propuso Luna.
“El manejo del bosques nativo, como la disminución del material combustible a través del pastoreo, demostró ser efectivo para reducir el riesgo de incendios. La gestión de esta situación se podría solucionar con un manejo integrado del manejo de los ambientes en conservación con la actividad ganadera”, aseguró.
Es decir: la gestión de los pastizales naturales con fines productivos puede representar una solución viable no sólo para evitar la ocurrencia de incendios devastadores, sino también para generar empleados y riqueza.
“Para los propietarios de tierras o comunidades locales, la prohibición de usos productivos en áreas protegidas puede ser un desafío económico, especialmente si las tierras se queman de manera recurrente”, recordó Luna.
“Eso porque el costo de restaurar áreas quemadas, tanto en términos económicos como ecológicos, podría ser considerablemente mayor que implementar programas de manejo preventivo asociados a planteos ganaderos”, agregó.
Luna indicó que la preservación no tiene porque ser sinónimo de prohibición porque, tal como demuestran los incendios recurrentes –en los cuales los bomberos, vale recordar, exponen su vida para controlarlos–, la ausencia de presencia humana no garantiza evitar daños ambientales.
“Es necesario evaluar ajustes en la ley para balancear mejor la conservación con la prevención de incendios, de manera tal de permitir prácticas de manejo controladas para reducir el riesgo de incendios y mejorar la seguridad”, afirmó.
El especialista además dijo que resulta indispensable evaluar si las herramientas actuales de gestión de riesgo de incendio establecidas por la legislación son suficientes o deberían ser reformuladas.
Ante la presencia de columnas de humo en la provincia de Córdoba, comunicarse inmediatamente con los bomberos al 0800-888-38346.
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